miércoles, 8 de octubre de 2014

RUN ALDO RUN



Tu y tus otros dos compis de casa sois una parte importantísima de mi vida, evidentemente no tanto como yo de la vuestra, a pesar de que me dais vosotros a mi muchísimo más de lo que yo, o cualquier otro de mi tarada especie, pueda daros.

Es por eso que sois una constante en mis conversaciones y por supuesto en mis pensamientos diarios.

Pero hay días en los que la fibra que vosotros habéis hecho más sensible es tocada de forma cruel por algún horror o alguna estupidez que “los míos” comenten contra “los vuestros”.

Anoche, después de cenar, dando una vuelta por las redes para no estar del todo desconectada de la realidad, me enteré que unos tipos, que hace unos meses no cumplieron con su deber y pusieron en peligro a todos sus semejantes (si, ya se que vosotros ese tipo de comportamiento no podéis entenderlo), han decidido que una buena manera de enmendar parte de su error es sacrificando a Excalibur, el perro de la enfermera contagiada de Ébola por un enfermo terminal al que irresponsablemente se trajo a España. Resulta que la vida de Excalibur no vale lo suficiente para que nadie le pague las pruebas y saber si realmente supone un peligro o no. La mejor opción al parecer es sacrificarlo sin más. Muerto el perro se acabo la rabia.

Y es eso lo que me lleva a vosotros y especialmente a ti. Me cuesta mucho entender que le pase esto a alguien como tu. Puede que lo que a la gran mayoría de personas le cueste entender sea justo lo contario. De hecho en alguna ocasión me lo han dicho: ¿Cómo puedo llegar a pensar que tu vida vale lo mismo que la mía?. Pues hay varias razones, pero me quedo con dos; La primera es que sois parte de mi familia, y la segunda es que, si nos ponemos finos, en cuanto a virtudes, nos pegáis un repaso curioso.

A parte de todo eso, tu me conmueves como pocos seres pueden hacerlo. Tu inocencia, tu entrega, tu nobleza…te hacen especial. Y además hemos creado un vinculo especial: Somos compañeros de carreras (o de running, como se dice ahora).

Esta mañana te ha tocado ponerme cara de pena. Te pones triste cuando me ves coger la mochila. Tú no tienes ni idea de a dónde voy con esa mochila, no sabes que dos días a la semana voy a la piscina, sólo sabes que cuando salgo con la mochila no hay carrera y eso es una de las cosas que más nos gusta a los dos.

Sin embargo el día que toca correr, solamente tengo sacar los zapatos de la estantería con la mano (me deja flipada tu sentido del olfato) para tenerte llorando-gritando y dando saltos y giros sobre ti mismo, mientras esperas a que yo termine de prepararme. Esa alegría tuya es como una sustancia dopante, me la contagias y me entran unas ganas locas de salir pitando contigo. Me coloco los cascos, me engancho tu correa a la cintura y a rodar.

Durante la carrera te vuelves mil veces, algunas buscándome para que te proteja (esos monstruos horripilantes, las bolsas de plástico, te dan muchísimo miedo), y otras buscándome para protegerme si notas que mi respiración cambia, que toso o que me quejo por algo. Y cuando llegamos a casa buscas la caricia de la recompensa al trabajo bien hecho.

 Es divertido rodar contigo, me siento acompañada y segura. De hecho cuando me he ido de vacaciones y tu no has estado conmigo no he tenido la fuerza de voluntad suficiente para correr a diario.


Salir a hacer deporte sin ti no es lo mismo, la vida sin vosotros no es lo mismo, vosotros hacéis mi vida mejor. Vosotros, vuestra especie hacéis la vida de mi especie mejor. Lástima que no sepamos verlo y no sepamos daros vuestro sitio. Lástima que dependáis de nosotros. De lo contrario tengo muy claro lo que te diría: Vete a un lugar donde se te aprecie, vete a un sitio donde quien te cuide te respete y te valore y sepa que le vas a dar mucho más de lo que se merece, vete lejos de esta cochina especie humana. RUN ALDO RUN.

martes, 19 de agosto de 2014

MI FAVORITA





Hace un mes que no publico nada, y el mes pasado sólo publiqué una entrada. Eso no significa que no escriba, de hecho tengo multitud de documentos a medio empezar y guardados en una carpeta, además del TFM de mis culpas en el que se me está yendo la vida, pero desgraciadamente estoy incurriendo en uno mis muchísimos defectos; abarcar mucho más de lo que mi capacidad de organización es capaz de solventar, y es curioso, porque precisamente este año me he visto reflejada más que nunca en la mujer orquesta que hace treinta y seis años y ocho meses (aproximadamente) me dio la vida. Y es curioso, digo, porque mi madre tiene una capacidad organizativa y de ataque ante los problemas digna de los mayores estrategas de la Historia.
Es algo tópico y recurrente compararse con los progenitores y en la mayoría de los casos salir perdiendo. Está claro, que aunque en nuestra madurez nos está tocando pasar las de Caín, nuestra juventud ha sido mucho más fácil y llevadera que la de ellos. Así que si me veo sin fuerzas debido a mi pluriempleo jamás deseado, mis múltiples obligaciones adquiridas y no debidamente compartidas, mi interés sin límite por seguir estudiando, aunque sepa que no es muy probable que sea de provecho y que en todo caso es difícilmente compatible con el resto de quehaceres diarios, no puedo evitar mirar hacia atrás y ver a una mujer con mi edad que no sólo tenía las mismas dificultades que yo, sino que con total seguridad su vida era mucho más complicada que la mía.
Una mujer que con 36 años tenía una cría de seis (eso es absolutamente normal) con la que tuvo que luchar prácticamente sola, mientras trabajaba ocho diarias y se ocupaba de una madre con parálisis y un padre con alzheimer, hasta que consiguió con valentía y fuerza levantar un negocio para poder brindarle a su marido una segunda oportunidad y que así pudiese bajarse del camión que le impidió disfrutar de la infancia de su hija.   
Pero la historia de esta mujer viene de antes y continua hasta el día de hoy. Con 14 años empezó a trabajar y trabajando se pagó una carrera que en su época era algo a lo que no todo el mundo podía acceder. Ayudó a sus padres económicamente al igual que años más tarde, cuando su hija terminó una carrera que no le sirvió para incorporarse inmediatamente al mundo laboral, la siguió ayudando. Aún a día de hoy es el sostén de todos los que la rodean.
Ella tiene una fuerza sobrenatural que a mí, particularmente, me abruma.
Claro que tiene defectos, de hecho probablemente es la persona que con mayor facilidad me saque de quicio. Es mandona, un sargento que no deja ni un segundo de respiro a su tropa, pero que saca lo mejor de ella. No es dulce ni afectuosa, pero precisamente gracias a ese carácter he salido siempre de los charcos en los que me he metido. Ella no te da una caricia, ella te da un empujón, y sé que cuando no esté aquí para darme ese empujón, del que tantas veces me he quejado, todo me va a resultar mucho más difícil, de hecho algunos de los proyectos que hoy en día tengo en la cabeza me da pánico imaginar llevarlos a cabo sin ella a mi lado.

Soy licenciada en Historia del Arte y bibliotecaria y ambas cosas lo soy por vocación, sin embargo, a pesar de pasar la mayor parte de mi vida estudiando y admirando a genios, puedo decir con toda tranquilidad que a la única persona a la que admiro de verdad y a la que deseo parecerme es a mi madre.
De ese par de dos que me dieron la vida, a los que todo el mundo que conoce quiere, pero que por carácter y humor sienten casi siempre más afinidad con Joaquín, yo me quedo contigo.
Mamá, tu eres mi favorita, y no me da ni pena ni culpa reconocerlo. Os quiero por igual, pero tú eres mi favorita.

Ayer fue tu cumpleaños y yo, como siempre, llego con retraso.

domingo, 20 de julio de 2014

CLUBES DE LECTURA




Un club de lectura es un grupo de personas que leen al mismo tiempo un libro[...]La gran aceptación que tiene los clubes se debe, seguramente, a que reúnen dos alicientes ; La lectura personal e íntima y la posibilidad de compartir esa lectura con otras personas. (Blanca Calvo)

Hace más de dos años que coordino un club de lectura, no lo hago de forma particular, sino dentro de las actividades que se ofrecen dentro de mi trabajo, una biblioteca, y me gusta tanto que no sólo me conformo con coordinar, sino que también participo en otro.

Cuando entré a trabajar en la biblioteca no tenía ninguna experiencia laboral anterior en un trabajo similar, y aunque mi formación académica (esto suena rimbombante y me provoca la risa, pero lo voy a dejar porque suena mejor que historiadora del arte que suena a Indiana Jones o a la monja de El último Catón) estaba íntimamente relacionada con mi trabajo, la realidad del día a día, como de costumbre, no tenía nada que ver prácticamente con nada que hubiese estudiado acerca de biblioteconomía, ni en la carrera, ni en el temario de oposición, ni en lo ochocientos mil cursos que hacemos la mayoría de pringaitos que salimos de una carrera de humanidades y que nos tiramos años soñando ingenuamente que encontraremos un trabajo en el que podremos ... no sé muy bien qué. Supongo que buscamos poder disfrutar trabajando en algo que nos guste tanto como lo que estudiamos. En mi caso tenía muy claro que quería trabajar en un ámbito cultural y soy de las poquitas afortunadas de mi promoción que lo consiguió. Ahora, eso sí, tuve que ponerme las pilas y empezar a hacer cursos que realmente estuvieran relacionados con la realidad de mi trabajo, una Biblioteca Pública Municipal y más concretamente una sala infantil.

Trabajando me dí cuenta que una biblioteca es mucho más que lo que nos enseñan en los textos y muy diferente del concepto que tenemos desde fuera. No estoy hablando del manido estereotipo de bibliotecaria con gafas, moño y pinta de solterona amargada, hablo de la sorpresa de muchos usuarios al comprobar que allí dentro hacemos algo más que colocar libros y prestarlos, y la mayoría de las actividades que realizamos, ya sean cuenta cuentos infantiles o de adultos, visitas, dinamizaciones, talleres, concursos de cuentos, clubes de lecturas, están destinadas a un mismo fin: El fomento de la lectura.

En este sentido los clubes de lectura de las bibliotecas públicas son una de las actividades más consolidadas en España. El primer club de lectura de una biblioteca pública lo creó Blanca Calvo, quién fue directora de la Biblioteca Pública del Estado de Guadalajara y un personaje clave en el desarrollo del fomento de la lectura en España y en el cambio del concepto de biblioteca pública hasta llegar a lo que es hoy en día, mucho más que un edificio que contiene libros.
Blanca Calvo también es la persona a la que pertenece la cita que encabeza el post y que aparece en su  Receta para un club de lectura, un texto en el que se dan las claves para la formación de cualquier club y que después los coordinadores adaptamos a las necesidades de cada biblioteca y sus usuarios.

En mi caso lo tenía fácil, ya que se habían creado anteriormente dos clubes con bastante éxito y había un amplia lista de espera de usuarios para poder comenzar la andadura, al igual que bastantes lotes de libros para poder elegir con que empezábamos. Así que después de la primera toma de contacto a finales de Diciembre de 2011, donde decidimos el nombre de nuestro club y repartimos el primer libro, en Enero de 2012 nos reunimos por primera vez para comentar La ladrona de libros de Markus Zusak.
A partir de ahí nos hemos reunidos quince veces más comentando otros tantos libros, unos nos han gustado más ( El amor en los tiempos del cólera, La soledad de los números primos, Patrimonio: Una historia verdadera, El lector, La buena letra, Intemperie, Por amor a Judit, Purga) , otros nos han gustado menos y algunos no nos han gustado nada. Ha habido miles de lecturas diferentes de los mismo libros y en la mayoría de ocasiones hemos salido de la reunión con una idea mucho más rica del libro que habíamos leído que con la que entramos.

Miembros del club lo han dejado, otros se han incorporado. Hemos realizado listas de recomendaciones que se han publicado en la página de la biblioteca en Facebook, nos hemos hecho recomendaciones unos a otros que han dado lugar, al menos en mi caso, a maravillosas lecturas.
Y hemos tenido un encuentro con el escritor de uno de los libros que más nos han gustado. Tal vez la charla con Jesús Carrasco, autor de Intemperie ha sido uno de los momentos más bonito que hemos vividos como lo que somos, un grupo muy diverso de gente que no se conocen de nada y que no tienen mayor relación que la de disfrutar leyendo y compartiendo entre ellos sus lecturas.

Ahora que hemos terminado nuestro tercer curso a la espera de reunirnos el 11 de Septiembre para comentar la lectura de este verano, 14 de Jean Echenoz, es momento para leer en soledad todos los libros que tenemos pendientes ( eso no significa que pertenecer a un club de lectura te impida leer lo que tu quieras, de hecho se lee más, puesto que lees todo lo que te recomiendan los otros compañeros del club).
Yo empecé con Todo lo que hay de James Salter que tiene un prefacio que dice lo siguiente:
" LLega un día en que adviertes que todo es un sueño, que solo las cosas conservadas por escrito tienen posibilidad de ser reales "

Después de estar casi un mes sin escribir planteándome si merecía la pena escribir en un blog tonterías que no le interesan a nadie, resulta que leo esa cita de Salter  y escribo el primer post que puede interesar a alguien más que a mi misma.

martes, 24 de junio de 2014

YO TENGO UNA MESA










Desde hace dos años y medio, un poco más quizá, tengo una mesa en el bar que esta frente a mi trabajo. No es mía, evidentemente, pero es mi mesa. Si llego y me la encuentro ocupada me pongo muy nerviosa, me desubico, ya no se donde sentarme y , como lo que hago los 15 ó 20 minutos que estoy allí es leer, no consigo concentrarme leyendo si me siento en otra mesa.Yo necesito mi mesa.

Cualquier persona que pudiera leer esto ( en principio todo aquel que lo lea me conoce) podría pensar que soy una persona estricta, ordenada maniática, y de rutina. Pues no. Soy un absoluto desastre, imprevisible, impuntual y desordenada, extremadamente responsable, eso sí, pero ser responsable no implica tener manías que empiezan por querer sentarte siempre en la misma mesa del bar y terminan por ir dando saltitos por la calle evitando pisar las llagas del pavimento y cerrando tres veces el cerrojo de tu casa antes de irte a dormir.

El caso es que yo no tuve siempre una mesa, hace algo más de dos años y medio yo fumaba, así que cuando salía a tomar café me sentaba siempre fuera, dependiendo del tiempo me sentaba en una mesa o en otra, al sol o  resguardada del viento y la lluvia. Si había prensa, leía la prensa, pero solía marcarme el tiempo de tomarme el café y fumarme el cigarro y para dentro de nuevo, así sacaba tiempo para alguna escapada más para fumar.

Dejé de fumar y mis hábitos cambiaron, entre otras cosas porque yo busqué ese cambio para que el síndrome de abstinencia me fuera un poco más llevadero, así que ese momento de desconexión  y placer que me proporcionaba mi anterior pausa decidí dedicar lo a una de mis pasiones: Leer.

Así que el primer día de café sin tabaco me senté en una mesa ( aún no sabía que sería mi mesa)  y saqué del bolso el libro que me estaba leyendo en ese momento. Como ya no tenía que robar tiempo al café para ninguna pausa, mis lecturas en la mesa se empezaron a extender a 20 minutos diarios. Y así durante dos años me he ido leyendo en mi mesa los libros del club de lectura, del club de francés, los que he ido intercalando como espaciadores de lectura, los que he sacado de la biblioteca, los que me he comprado, los que me han recomendado, los que me han gustado, los que he odiado...todos los libros que he leído en estos últimos años han pasado por mi mesa. Por eso es mi mesa y esos 20 minutos son más míos que cualquier otro segundo del día.

Ayer un señor que conozco se me acerco y me dijo que como me conocía y me apreciaba, si yo quería, podía sentarme a tomar café con su familia, porque sentía mucho verme tan sola a diario. Mi expresión fue del asombro al descojone, pasando por el espanto.  Riéndome a carcajadas le dí las gracias e intente explicarle que para mi no era ningún problema estar sola, es más, era un placer. El me pidió disculpas pero me temo mucho que no lo entendió.

Hoy he vuelo a ir a mi mesa, y además, después de 10 días, he vuelto a escribir.


domingo, 15 de junio de 2014

JOAQUÍN



Joaquín, es grande, Joaquín es tan grande que se tarda más de una semana en encontrar una talla de pijama que le quede bien, porque no es gordo, es grande.
Tiene orejas de soplillo y  "sonrisa feliz", cuando se sonríe toda su cara cambia y se convierte en un dibujito animado.
Conseguir que sonría feliz es fácil, si sabes cómo. Ha Joaquín le hace feliz hablar de comida, o aún mejor,  imaginarse comiendo algo. Si has ido a comer algo que sabes que le va a gustar la mejor forma de celebrarlo es ir a verlo y contarle paso por paso como fue tu experiencia gastronómica, aunque es posible que si el tenía conocimiento de tu salida te haya llamado por teléfono para que le cuentes in situ. Aún así le hará feliz comentar la jugada al día siguiente.
A Joaquín también le hacen feliz otras cosas, como por ejemplo contar historias. Tiene muchas historias que contar. Ha vivido mucho y no siempre ha vivido cosas buenas, pero tal y como te las cuenta entiendes porque después de 68 años en este cohino  mundo sigue sonriendo como un dibujito animo. Las cosas son como son y punto , vale, pero a veces hay personas  que consiguen que determinados situaciones o determinados seres humanos parezcan mejor delo que realmente son, porque son capaces de mirar la vida con la lucidez suficiente como para saber que nada importa demasiado y que todo pasa y que si somos capaces de obviar lo negativo de algo o de alguien y después irnos a casa a contarlo con humor a lo que nos quieren, se puede sonreir  feliz con 68, con 38 o con 98 años. Eso que la mayoría de la gente llama "la suerte de tomarse la vida de esa manera", no es una suerte, es una virtud, una gran virtud y Joaquín la tiene.
También le hace feliz contar chistes, gastar bromas, los animales (sobre todo los perros) y por supuesto comer.
Hay veces que se desdibuja su sonrisa feliz y frunce mucho el ceño, entonces sabes que   que algo le pasa , puede que le hayas hecho daño,  pero probablemente no te lo cuente, porque Joaquín a pesar de hablar mucho y bien, calla más de lo que habla.

Lo conozco desde hace más de 36 años y no siempre nos hemos llevado bien. Al principio lo veía muy poquito,  el poco tiempo que lo veía era agradable, aunque a veces me fastidiaba que con su simpatía y su don de gente me eclipsara. Después empecé a verlo más y fue cuando peor nos hemos llevado, no entendía porque tenía que llevarme bien con alguien a quién conocía tan poco. La cosa empeoro; empezamos a trabajar juntos y nos llevábamos realmente mal, en realidad era yo la que me llevaba mal con él y la que no se comportó en muchos momentos como no debiera haberse comportado, pero un día, de pronto todo cambio, y todas esas broncas se convirtieron en compresión y complicidad, un día  en el que Joaquín dejó de ser alguien con quién tenía que lidiar y pasó a ser alguien en quién reconocía muchas cosas que me gustaban de mi carácter, y otras que no me gustaban también, y de quien todavía me quedaba mucho por aprender.
Joaquín tiene una hija. A su hija le encanta comer y hablar de comida, le encantan los animales (sobre todo los perros)  y también le gusta contar historias, como a él.
Su hija habla mucho y calla mucho más de lo que habla. Es fácil hacerla reír, si sabes cómo, pero cuando frunce el seño es posible que nunca sepas que es lo que le pasa.
Tiene una hija que siempre busca su compresión y su complicidad y que casi siempre la encuentra. Hay veces que ella no se porta bien con él y hay veces que él no la entiende, pero son las menos.
Tiene una hija que quiere escribirle algo en su chapucero y recién estrenado blog, pero que cree que nada de lo escriba será lo suficiente , digamos honroso, para dedicárselo.
Tiene una hija  que , por aquí, lo felicita con retraso.

Ayer cumpliste 68 tacazos, felicidades Papá.

viernes, 13 de junio de 2014

LENNON, DAVID FOENKINOS

El otro día comenté que participaba en un blog colectivo. Se trata del blog de un club de lectura y se llama A propósito de un libro, igual que nuestro club, y aunque no lo tengamos muy actualizado, de vez en cuando vamos subiendo algunas reseñas de los libros que nos leemos en grupo y de otros que no leemos por nuestra cuenta y que nos parecen interesantes y recomendables.

Hace unos meses yo subí esta.

Por cierto... me encanta leer.










Ya hace unos años que llegan a mí, a través de recomendaciones, la gran mayoría, libros de autores franceses. El hecho de trabajar en una biblioteca y de participar en un club de lectura de lengua francesa ayuda, evidentemente, pero no deja de sorprenderme la proliferación de autores literarios de este país que tenemos  en la actualidad, y sobre todo su repercusión a nivel internacional.
Intentando saciar mi curiosidad me puse a brujulear en internet y encontré varios artículos referentes a otro que se publicó hace unos años en la revista TIMES en la que se afirmaba "la muerte de la cultura francesa" comparando el estado creativo actual francés con la tradición literaria que culmina en el siglo XIX y primera mitad del siglo XX.
Evidentemente numerosas voces de intelectuales de nuestro País vecino salieron en defensa de lo que es una realidad creativa que hoy en día llega sin parar a nuestras librerías, bibliotecas, e-books, etc. Es cierto que no todos los escritores franceses que llegan a nosotros gozan del mismo prestigio, pero sin duda Houllebec, Claudel, Gaudé, De Vigan, Azzedinne,Foenkinos y muchos otros ya se han convertido en familiares para algunos de nosotros.
Al último que he leído, también por recomendación, ha sido a Foenkinos, y lo sorprendente es que lo he hecho por partida doble y consecutivamente, pero no porque la primera novela que leí ,' Estoy mucho mejor' me gustase especialmente, sino porque las múltiples referencias que en ella se hacen a 'Los Beattles' y la reciente publicación de la biografía novelada que el escritor francés realiza del más intelectual de los miembros del grupo de Liverpool despertaron mi curiosidad, eso y que me la topé de frente en el expositor de novedades de la Biblioteca, así que terminé leyendo y sobre todo disfrutando 'Lennon'.
En Lennon, Foenkinos se atreve a sentar al compositor frente a un psicoanalista que vive en su mismo edificio, el Dakota, en cuya puerta lo asesinarían en 1980, pero sus sesiones comienzan cinco años antes, en 1975, justo cuando decide retirarse de la música y dedicarse a su familia y al cuidado de su futuro hijo, Sean. A partir de ahí, Lennon nos cuenta a nosotros, los lectores de Foenkinos y en este caso los psicoanalistas del cantante, su vida, su infancia, sus miedos, sus fallos, en suma, su visión sobre sí mismo, que sin lugar a dudas es la visón que tiene el autor después de años de admiración y estudio, pero a nosotros no se nos muestra como un personaje famoso objeto de estudio y de crítica por parte del escritor, Lennon en este libro es tan real como lo son todos los personajes literarios , criaturas creadas por los escritores a través de la cuales nos trasmiten su personalidad, su forma de entender la vida, su mundo interior...Salvo que en este caso el personaje principal y único de la novela ya tiene un guión marcado, ya tiene una vida, probablemente una de las vidas mas contadas de la historia del siglo XX, y ahí precisamente se encuentra el gran mérito de esta novela y sobre todo de Foenkinos que consigue presentarnos a un personaje nuevo, único, un personaje que nos cuenta de forma desgarradora como se ha sentido sólo toda su vida y como ha luchado siempre por alcanzar una paz interior que se le antoja casi siempre lejana debido a su temperamento violento. Lennon nos desarma porque se desnuda ante nosotros de la forma que solamente puede hacerlo un escritor a través de un personaje creado con ese fin.

Tengo pendiente leer `La delicadeza`, la obra más premiada de Foenkinos. Sé , de todas formas, que los premios no son garantía de nada, que de hecho, en ocasiones las obras más pequeñas y modestas de autores premiados y reconocidos, se convierten en pequeñas joyas que pasan desapercibidas por el público en general.
Por eso hoy quería hablar de Lennon, quería recomendarla porque para mí ha sido una autentica delicia disfrutar de sus poco más de 150 páginas.
La tenéis en nuestra Biblioteca, si no la habéis leído, ya estáis tardando.

miércoles, 11 de junio de 2014

MI LIBRETA DE VAN GOGH







¿ Por qué mi libreta de Van Gogh?  Simple,  el URL  lalibretadevangohg.blogspot estaba ya cogido (desde hace años, y sin utilizar, por cierto) así que en un principio se me ocurrió escribir Van Gogh terminado en t, para poder empezar con el blog, pero sabía que en el caso, poco probable, de que esto lo leyese alguien más que Mafalda, mi Contrario y mimadre, me iban a caer collejas por todos lados. Así que en un momento de lucidez único, le cambie el la por el mi y ta ta chan... URL concedida.

Y ahora bien, ¿por qué libreta y por que de Van Gogh?

Yo nunca he tenido libreta, ni diario, ni siquiera agenda, y si los he tenido me han durado dos días, porque, o bien los he perdido, o bien se los ha tragado el agujero negro que existe en cada lugar en el que habito.

Sí he tenido muchísimos folios desperdigados o metidos en cajones o carpetas, en los que escribía las tonterías que se me iban ocurriendo (exactamente lo mismo que pienso hacer aquí), folios que después cuando los buscaba y los encontraba ,ardua tarea, o los encontraba casualmente, me hacían sentir vergüenza de mi misma, en su mayoría, y de vez en cuando , muy de vez en cuando, un pequeño atisbo de satisfacción. Pero lo más importante era que cuando escribía , aunque después lo que escribiera fuera directamente a un cajón, sentía una sensación reconfortante, podía desahogarme de una manera unilateral , que es como más nos gusta desahogarnos a los seres egocéntricos como yo, y sentía que estaba un pelín más tranquila porque yo misma me había escuchado.  

El caso es que los papeles, y parte de mi ego con ellos, se fueron a hacer puñetas cuando entraron en mi vida otro tipo de deberes y obligaciones, y sobre todo  la pereza que te da hacer determinadas cosas cuando no te queda más remedio que priorizar en tu vida determinadas aficiones, con objeto de que dentro de tu desorden intrínseco exista cierta organización externa.

Pero el verano pasado me fui con Mafalda de vacaciones a Holanda, y entonces la ví: su libreta número 3.000.000 . Siempre lleva una encima, la llevaba en la mochila del colegio, la llevaba en la bandolera durante la facultad (si es que alguna vez tuvo bandolera, que no me acuerdo) y la lleva ahora en el bolso, incluso yo, que nunca le regalo nada por su cumpleaños, un año le regale una libreta.
Suele sacar su libretita del bolso y escribir. Ni sé lo que escribe, ni me importa, ni le pienso preguntar nunca, pero este año me dio una envidia tremenda y quise tener mi libreta y escribir yo también, un impulso caprichoso e infantil, lo sé, pero quería una libreta y la quería ya. Tuve la suerte de que los astros se alinearan y nuestros paso turísticos nos llevaran a lo que se puede considerar el mayor despiporre del marketing cultural: La tienda de un Museo, en este caso el Museo Van Gogh, y allí encontré mi libreta; No muy gruesa, de pasta blanda y con la imagen de cubierta del Almendro en flor.

No recuerdo si comencé a escribir en ella antes de llegar a España o si lo hice ya de vuelta, lo que si recuerdo es que mi libreta fue lo primero que ví sobre la cama de mi habitación revuelta una noche del pasado Octubre cuando alguien entró en mi casa a la fuerza y vulneró la intimidad de mi familia. Afortunadamente ni mi Contrario ni yo estábamos en casa, solo nuestros perros, pero ese alguien abrió el cajón de mi mesita de noche y cogió mi libreta de Van Gogh para ponerla encima de la cama y así poder buscar dentro del cajón aquello que le interesaba. No he podido volver a cogerla. Se que es una estupidez, porque sí he podido volver a domir en mi cama,  entrar en mi cuarto sola e incluso olvidarme casi por completo de que hace unos meses un tipo o unos tipos entraron en mi casa a robar.

Es por eso que cuando decidí aventurarme escribiendo un blog personal (ya participo en uno colectivo, pero de eso hablaré otro día) me pareció que sería una buena forma de recuperar mi libreta.

Lo de tocar la libreta físicamente ya lo solucionará el psicólogo…si es que voy.

martes, 10 de junio de 2014

MAFALDA CUMPLE 37 AÑOS.




La verdadera Mafalda, la de Quino, cumple 50 años el 4 de Septiembre de este mismo año. Pero la mía solo tiene 37, y además los cumple hoy.

Mi Mafalda se parece mucho a la original, es igual de idealista, soñadora, pesimista , nihilista, divertida y tocapelotas que la otra. Y es mi mejor amiga desde hace más de 20 de años.

Con ella he aprendido muchísimas cosas y he vivido muchísimas más, algunas de ellas, por el bien de nuestro prestigio social, por mucho que se trate de perfiles anónimos, no son apropiadas para ser contadas en un blog. Por lo menos en este, de momento, no.

A mi Mafalda le hubiese gustado vivir en la época de la original y tal vez , si no en el mismo sitio, bien cerquita, y le hubiese encantado participar en la luchas sociales de aquel tiempo en aquella parte del mundo.

Gracias a ella descubrí que mis padres también tenían un vinilo de Víctor Jara y me aprendí de memoria 'Te recuerdo Amanda', hecho, que en una tendencia mucha más libertina que la de mi amiga, me permitió pegarme el rollo 10 años después con un ligue chileno cantando la canción en una fiesta delante de todos sus amigos, y por supuesto, poniendolo a mis pies hasta que se volvió a Chile (o al menos eso creí yo).

En la época que escuchaba a Víctor Jara también escuchaba la Cantata de Santa María de Iquique, otro disco que tenían sus padres y que hizo que mi Mafalda viviera hasta el día de hoy con la ilusión de conocer aquel país. 20 años después lo tiene a tiro y espero de corazón que pueda cumplir su sueño.

En aquella época compartíamos mesa a diario, nosotras y algunas más que se quedaron por el camino, y que en algún caso volvieron a aparecer. Crecimos juntas, y salimos del colegio para ir a la universidad y allí, fuimos creciendo por separado pero sin dejarnos la una a la otra, y así llegaron  El lado Oscuro del corazón, Oliverio Girondo, Mario Benedetti (No te salves) , Goytisolo (Palabras para Julia) la primera parte de la trilogía lacrimógena  (cuya tercera parte fuimos a ver juntas el día del estreno 18 años después),Vine del norte, el viaje a Barcelona, la loca del albergue, la no foto en Zaragoza y muchas otras cosas más.

Y después de la Uni yo me solté la melena y ella seguía allí cuidando de mí, diciendome lo caro que resultaría repatriar un cadáver cada vez que se me cruzaban los cables y me iba una temporada fuera, o haciendo de muro de contención de mimadre (todo junto porque ella lo vale) cuando se ponía un poquito histérica. A pesar de estar a muchos Kilómetros de distancia siempre estaba cuando la necesitaba y pude llorar y reír con ella todas y cada una de las cosas que me pasaron lejos de aquí.

Cuando me tocó pasar al otro lado y cuidar yo de ella creo que no estuve a la altura, aún así ella nunca se fue.

Después llegaron los respectivos Contrarios, que se tuvieron que acostumbrar a nosotras, a las dos, y a nuestras llamadas nocturnas de socorro, a nuestras peleas a gritos (la última hace solo unos meses en medio de la calle de un ciudad extranjera en la que nadie nos entendía, afortunadamente)  a nuestros llantos y a nuestras bromas.

Mi Mafalda es de esas cosas que te pasan en la vida que tienes muy claro que no te mereces y que es una suerte increíble que te haya pasado a ti...O tal vez no, porque Mafalda tiene un gran fallo, no tiene memoria, de hecho es muy probable que no se acuerde de la mitad de las cosas que yo he escrito aquí, yo soy su memoria, y sin mi no sería Mafalda, sería Dory, y eso es mucho menos glamuroso.

Este es el primer post de un blog que abrí hace meses y que nunca me atreví a empezar. No se si continuaré escribiendo, pero me parecía una buena forma de comenzar.

Feliz cumpleaños amiga.