Un club de lectura es un grupo de personas que leen al mismo tiempo un
libro[...]La gran aceptación que tiene los clubes se debe, seguramente, a que
reúnen dos alicientes ; La lectura personal e íntima y la posibilidad de
compartir esa lectura con otras personas. (Blanca Calvo)
Hace más de dos años que coordino un club de lectura, no lo
hago de forma particular, sino dentro de las actividades que se ofrecen dentro
de mi trabajo, una biblioteca, y me gusta tanto que no sólo me conformo con
coordinar, sino que también participo en otro.
Cuando entré a trabajar en la biblioteca no tenía ninguna
experiencia laboral anterior en un trabajo similar, y aunque mi formación académica
(esto suena rimbombante y me provoca la risa, pero lo voy a dejar porque suena
mejor que historiadora del arte que suena a Indiana Jones o a la monja de El
último Catón) estaba íntimamente relacionada con mi trabajo, la realidad del día
a día, como de costumbre, no tenía nada que ver prácticamente con nada que
hubiese estudiado acerca de biblioteconomía, ni en la carrera, ni en el temario
de oposición, ni en lo ochocientos mil cursos que hacemos la mayoría de
pringaitos que salimos de una carrera de humanidades y que nos tiramos años
soñando ingenuamente que encontraremos un trabajo en el que podremos ... no sé
muy bien qué. Supongo que buscamos poder disfrutar trabajando en algo que nos
guste tanto como lo que estudiamos. En mi caso tenía muy claro que quería
trabajar en un ámbito cultural y soy de las poquitas afortunadas de mi
promoción que lo consiguió. Ahora, eso sí, tuve que ponerme las pilas y empezar
a hacer cursos que realmente estuvieran relacionados con la realidad de mi
trabajo, una Biblioteca Pública Municipal y más concretamente una sala
infantil.
Trabajando me dí cuenta que una biblioteca es mucho más que
lo que nos enseñan en los textos y muy diferente del concepto que tenemos desde
fuera. No estoy hablando del manido estereotipo de bibliotecaria con gafas,
moño y pinta de solterona amargada, hablo de la sorpresa de muchos usuarios al
comprobar que allí dentro hacemos algo más que colocar libros y prestarlos, y
la mayoría de las actividades que realizamos, ya sean cuenta cuentos infantiles
o de adultos, visitas, dinamizaciones, talleres, concursos de cuentos, clubes
de lecturas, están destinadas a un mismo fin: El fomento de la lectura.
En este sentido los clubes de lectura de las bibliotecas
públicas son una de las actividades más consolidadas en España. El primer club
de lectura de una biblioteca pública lo creó Blanca Calvo, quién fue directora
de la Biblioteca Pública del Estado de Guadalajara y un personaje clave en el
desarrollo del fomento de la lectura en España y en el cambio del concepto de
biblioteca pública hasta llegar a lo que es hoy en día, mucho más que un
edificio que contiene libros.
Blanca Calvo también es la persona a la que pertenece la cita
que encabeza el post y que aparece en su Receta
para un club de lectura, un texto en el que se dan las claves para la
formación de cualquier club y que después los coordinadores adaptamos a las
necesidades de cada biblioteca y sus usuarios.
En mi caso lo tenía fácil, ya que se habían creado
anteriormente dos clubes con bastante éxito y había un amplia lista de espera
de usuarios para poder comenzar la andadura, al igual que bastantes lotes de
libros para poder elegir con que empezábamos. Así que después de la primera
toma de contacto a finales de Diciembre de 2011, donde decidimos el nombre de
nuestro club y repartimos el primer libro, en Enero de 2012 nos reunimos por
primera vez para comentar La ladrona de
libros de Markus Zusak.
A partir de ahí nos hemos reunidos quince veces más comentando
otros tantos libros, unos nos han gustado más ( El amor en los tiempos del cólera, La soledad de los números primos,
Patrimonio: Una historia verdadera, El lector, La buena letra, Intemperie, Por
amor a Judit, Purga) , otros nos han gustado menos y algunos no nos han
gustado nada. Ha habido miles de lecturas diferentes de los mismo libros y en
la mayoría de ocasiones hemos salido de la reunión con una idea mucho más rica
del libro que habíamos leído que con la que entramos.
Miembros del club lo han dejado, otros se han incorporado. Hemos realizado listas de recomendaciones que se han publicado en la página de la biblioteca en Facebook, nos hemos hecho recomendaciones unos a otros que han dado lugar, al menos en mi caso, a maravillosas lecturas.
Miembros del club lo han dejado, otros se han incorporado. Hemos realizado listas de recomendaciones que se han publicado en la página de la biblioteca en Facebook, nos hemos hecho recomendaciones unos a otros que han dado lugar, al menos en mi caso, a maravillosas lecturas.
Y hemos tenido un encuentro con el escritor de uno de los
libros que más nos han gustado. Tal vez la charla con Jesús Carrasco, autor de Intemperie ha sido uno de los momentos
más bonito que hemos vividos como lo que somos, un grupo muy diverso de gente que
no se conocen de nada y que no tienen mayor relación que la de disfrutar
leyendo y compartiendo entre ellos sus lecturas.
Ahora que hemos terminado nuestro tercer curso a la espera
de reunirnos el 11 de Septiembre para comentar la lectura de este verano, 14 de Jean Echenoz, es momento para leer
en soledad todos los libros que tenemos pendientes ( eso no significa que
pertenecer a un club de lectura te impida leer lo que tu quieras, de hecho se
lee más, puesto que lees todo lo que te recomiendan los otros compañeros del
club).
Yo empecé con Todo lo que hay de James Salter que tiene un prefacio que dice lo siguiente:
Yo empecé con Todo lo que hay de James Salter que tiene un prefacio que dice lo siguiente:
" LLega un día en
que adviertes que todo es un sueño, que solo las cosas conservadas por escrito
tienen posibilidad de ser reales "
Después de estar casi un mes sin escribir planteándome si
merecía la pena escribir en un blog tonterías que no le interesan a nadie,
resulta que leo esa cita de Salter y
escribo el primer post que puede interesar a alguien más que a mi misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario