¿ Por qué mi libreta de Van Gogh? Simple, el URL lalibretadevangohg.blogspot estaba ya
cogido (desde hace años, y sin utilizar, por cierto) así que en un principio se
me ocurrió escribir Van Gogh terminado en t, para poder empezar con el blog, pero
sabía que en el caso, poco probable, de que esto lo leyese alguien más que
Mafalda, mi Contrario y mimadre, me iban a caer collejas por todos lados. Así
que en un momento de lucidez único, le cambie el la por el mi y ta ta chan... URL
concedida.
Y ahora bien, ¿por qué libreta y por que de Van Gogh?
Yo nunca he tenido libreta, ni diario, ni siquiera agenda, y
si los he tenido me han durado dos días, porque, o bien los he perdido, o bien se los
ha tragado el agujero negro que existe en cada lugar en el que habito.
Sí he tenido muchísimos folios desperdigados o metidos en cajones o carpetas, en los que escribía las tonterías que se me iban ocurriendo (exactamente lo mismo que pienso hacer aquí), folios que después cuando los buscaba y los encontraba ,ardua tarea, o los encontraba casualmente, me hacían sentir vergüenza de mi misma, en su mayoría, y de vez en cuando , muy de vez en cuando, un pequeño atisbo de satisfacción. Pero lo más importante era que cuando escribía , aunque después lo que escribiera fuera directamente a un cajón, sentía una sensación reconfortante, podía desahogarme de una manera unilateral , que es como más nos gusta desahogarnos a los seres egocéntricos como yo, y sentía que estaba un pelín más tranquila porque yo misma me había escuchado.
Sí he tenido muchísimos folios desperdigados o metidos en cajones o carpetas, en los que escribía las tonterías que se me iban ocurriendo (exactamente lo mismo que pienso hacer aquí), folios que después cuando los buscaba y los encontraba ,ardua tarea, o los encontraba casualmente, me hacían sentir vergüenza de mi misma, en su mayoría, y de vez en cuando , muy de vez en cuando, un pequeño atisbo de satisfacción. Pero lo más importante era que cuando escribía , aunque después lo que escribiera fuera directamente a un cajón, sentía una sensación reconfortante, podía desahogarme de una manera unilateral , que es como más nos gusta desahogarnos a los seres egocéntricos como yo, y sentía que estaba un pelín más tranquila porque yo misma me había escuchado.
El caso es que los papeles, y parte de mi ego con ellos, se
fueron a hacer puñetas cuando entraron en mi vida otro tipo de deberes y
obligaciones, y sobre todo la pereza que
te da hacer determinadas cosas cuando no te queda más remedio que priorizar en
tu vida determinadas aficiones, con objeto de que dentro de tu desorden intrínseco exista cierta organización
externa.
Pero el verano pasado me fui con Mafalda de vacaciones a
Holanda, y entonces la ví: su libreta número 3.000.000 . Siempre lleva una encima, la llevaba en la mochila del colegio, la llevaba en la bandolera durante la facultad (si es que
alguna vez tuvo bandolera, que no me acuerdo) y la lleva ahora en el bolso,
incluso yo, que nunca le regalo nada por su cumpleaños, un año le regale una
libreta.
Suele sacar su libretita del bolso y escribir. Ni sé lo que escribe, ni me importa, ni le pienso preguntar nunca, pero este año me dio una envidia tremenda y quise tener mi libreta y escribir yo también, un impulso caprichoso e infantil, lo sé, pero quería una libreta y la quería ya. Tuve la suerte de que los astros se alinearan y nuestros paso turísticos nos llevaran a lo que se puede considerar el mayor despiporre del marketing cultural: La tienda de un Museo, en este caso el Museo Van Gogh, y allí encontré mi libreta; No muy gruesa, de pasta blanda y con la imagen de cubierta del Almendro en flor.
Suele sacar su libretita del bolso y escribir. Ni sé lo que escribe, ni me importa, ni le pienso preguntar nunca, pero este año me dio una envidia tremenda y quise tener mi libreta y escribir yo también, un impulso caprichoso e infantil, lo sé, pero quería una libreta y la quería ya. Tuve la suerte de que los astros se alinearan y nuestros paso turísticos nos llevaran a lo que se puede considerar el mayor despiporre del marketing cultural: La tienda de un Museo, en este caso el Museo Van Gogh, y allí encontré mi libreta; No muy gruesa, de pasta blanda y con la imagen de cubierta del Almendro en flor.
No recuerdo si comencé a escribir en ella antes de llegar a
España o si lo hice ya de vuelta, lo que si recuerdo es que mi libreta fue lo
primero que ví sobre la cama de mi habitación revuelta una noche del pasado
Octubre cuando alguien entró en mi casa a la fuerza y vulneró la intimidad de
mi familia. Afortunadamente ni mi Contrario ni yo estábamos en casa, solo
nuestros perros, pero ese alguien abrió el cajón de mi mesita de noche y cogió
mi libreta de Van Gogh para ponerla encima de la cama y así poder buscar dentro
del cajón aquello que le interesaba. No he podido volver a cogerla. Se que
es una estupidez, porque sí he podido volver a domir en mi cama, entrar en mi cuarto sola e incluso olvidarme
casi por completo de que hace unos meses un tipo o unos tipos entraron en mi casa a
robar.
Es por eso que cuando decidí aventurarme escribiendo un blog
personal (ya participo en uno colectivo, pero de eso hablaré otro día) me
pareció que sería una buena forma de recuperar mi libreta.
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